En estos días he estado pensando en este nuevo proyecto que quiero sacar adelante, se trata de poder comunicar mis ideas a través de videos. Me doy cuenta de la gran cantidad de ideas escritas que me gustaría expresar con mi propia voz. Escribir es una actividad que me encanta, pero hablar me gusta mucho porque es una forma de comunicación diferente, y es posible llegar a más personas. Es por esto que hice este primer video. Pienso en todos aquellos que ahora son estudiantes de arquitectura y lo difícil que es encontrar un propio camino, tener una convicción y algo que decir. Es lo que me sucedió a mí, un punto de mi carrera quise desistir, porque no parecía tener lo suficiente para ser arquitecta, pero tuve que persistir, leer mucho aprender a argumentar y constituir mi pensamiento que se sigue construyendo todos los días. Es así como de ahora en adelante quiero sacar una serie de videos en donde podamos revisar algunas teorías, conceptos o hacer crítica, porque me parece que la revolución digital y la globalización están afectando la arquitectura. 

Hoy en día es muy fácil acceder a la información, pero no es conocimiento si no lo asimilamos, el peligro de la gran cantidad de imágenes y de proyectos es latente, porque en primer lugar anula nuestra capacidad crítica porque consumimos la imagen, pero no nos cuestionamos qué es lo que transmite y cómo influye nuestra idea de cómo debe ser la arquitectura, y anula también nuestra capacidad creativa porque nos encasilla en cuál es la tendencia de la arquitectura. Los invito a ver este video y enterarse un poco más de estas reflexiones.

Lo digital por un lado, provoca una manera de percibir la arquitectura y las tendencias que nos lleva hacia la producción de imágenes atractivas, sugestivas y llamativas. El problema es que esto desplaza nuestra atención de lo esencial de la arquitectura, que es el espacio. Perdemos conciencia de la experiencia que se deriva de recorrer un espacio y la arquitectura se piensa desde el estatismo y lo convencional. Pero aunque estos peligros se derivan de la difusión de imágenes de proyectos en el mundo digital, éste surge también como una promesa, con su cara positiva. Nos permite conectarnos, compartir ideas, retroalimentarnos y descentralizar los debates, es una oportunidad para cuestionarnos y a la vez fortalecer nuestra voz.

Tengo la convicción del conocimiento que como arquitectos obtenemos, es una forma singular de percibir, pensar y proponer que no es usual encontrar en otras carreras. Es un potencial creativo inmenso que podemos aprovechar, direccionando nuestro pensamiento hacia la creación de otras realidades, de otras maneras de habitar, pero también de concebir lo que nos rodea. Nuestra capacidad creativa no se direcciona solamente a la producción de edificios, se trata de la manera de vida, de dar forma a nuestra existencia, casi podría decir que se trata de un proyecto de sociedad, que se liga a muchos aspectos de nuestras vidas. 

Soy una persona inconforme porque no me convencen todos los discursos que hoy en día surgen en nuestra disciplina, por supuesto que hay también muy buenas propuestas y muy buena arquitectura, pero no me resulta suficiente, porque creo que aún hace falta una perspectiva donde podamos crear espacio de manera más humana, adaptada a las necesidades corporales, emocionales y espirituales. Los proyectos construidos muchas veces representan una serie repetida de procesos mecanizados. Una arquitectura corporal surge de otro tipo de procesos y genera resultados distintos, pero son procesos que es necesario crear, porque no son ampliamente difundidos, se investigan en pocas academias pero no se constituyen aún en parte de nuestra disciplina.

Producir contenido, producir conocimientos es un desafío en esta época, donde las grandes cantidades de información sepultan y hacen que lo que se produzca tenga una rápida caducidad, así como existen tantas distracciones entre noticias, entretenimiento y todo lo nuevo que aparece. Mantenernos actualizados es una necesidad, pero también consume gran esfuerzo por conocer lo último y compaginar esto con la práctica del día a día. Pienso que es necesaria una cierta rebeldía que nos haga cuestionarnos lo que está sucediendo porque trato de pensar pero no descifro hacia dónde nos lleva la sobreproducción de imágenes. 

Viendo la cara positiva del mundo digital y la importancia de la descentralización de los discursos arquitectónicos, pienso en la importancia de la creación de redes y el trabajo colaborativo, y éste escenario es aplicable a la teoría y crítica en arquitectura. Es lo que me impulsa a proponer una comunidad de aprendizaje para apasionados de la arquitectura, donde podamos indagar, descubrir, aprender y retroalimentarnos. Porque todos tenemos algo que aprender, algo que enseñar y algo que decir. Yo quiero conocer tu historia.