"Hybrid Webs" Tomás Sarraceno




Con una inmensa intriga por aquellos trabajos interdisciplinarios que permiten generar ideas extrañas, fuera de lo convencional, borrando fronteras entre las clasificaciones del conocimiento, hoy he querido reflexionar imaginando a aquellos grupos de personas que quizás trabajan en un laboratorio y no necesariamente haciendo ciencia, pero sí combinando las posibilidades de la tecnología unida a la forma de pensamiento de un artista. Puede sonar extraño, pero esto es lo que sucede en un lugar que más que universidad es centro de pensamiento. Me refiero al MIT.

Esta reflexión surge de un artículo: "At M.I.T., Science Embraces a New Chaos Theory: Art"
del NY Times que pueden encontrar aquí y que relata una serie de trabajos interdisciplinarios donde la capacidad de imaginar se complementa con la tecnología que permite materializar y llevar a cabo lo que un artista es capaz de ensoñar. Entre esos trabajos encontraremos el del artista chileno Tomás Sarraceno del cual hablaremos más adelante.

El Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) es un ejemplo de interdisciplinariedad, ha tenido una interesante trayectoria donde coexisten diversos grupos de investigación y una serie de proyectos increíbles que transgreden la noción que tenemos de arquitectura, arte, cultura -en fin cualquier campo- encontrándose un paso adelante, produciendo tecnologías que quizás irrumpan la manera usual de pensar y hacer que influye en la disciplina de la arquitectura, que es el tema de este blog. En el siguiente vídeo podrán ver el tipo de trabajos que se desarrollan en sus grupos de investigación.



Me llaman la atención las escuelas de arquitectura, que al igual que el MIT, como por ejemplo la Barttlet, Sci arc, Talca, entre otras, hacen un esfuerzo por pensar en la manera en que la disciplina de la arquitectura se transformará y que de hecho se está transformando actualmente, pero éste será un tema para un próximo post. Por ahora, indagaremos en esas colaboraciones entre disciplinas opuestas como el arte y la tecnología, como lo es el artista de la primera imagen, la telaraña de Tomás Sarraceno quien trabajó en un momento de su carrera con la meteoróloga Ludovica Illari y más adelante en colaboración con el ingeniero de caminos Markus Buehler para producir una instalación que tiene que ver mucho con la experiencia corporal del espacio y que se inspira en la observación de las arañas y cómo ellas fabrican su hábitat. Para la arquitectura es un ejemplo interesante por tratarse de un tipo de construcción compleja y eficiente, que no requiere de apoyos ni andamios y se logra una apertura espacial difícil de lograr mediante los usuales métodos constructivos.


Imagen tomada de: http://blog.bonico.es/?p=437

Este tipo de trabajos remite a otro tipo de experiencias corporales donde el cuerpo puede ser más libre, moverse e interactuar con la materia que lo soporta siendo ésta ligera y flexible  y donde la vivencia del espacio es dinámica. Invita a explorar, a sentir el propio cuerpo, a recorrer y jugar. Es de esta manera que las exploraciones entre distintas disciplinas producen trabajos que se salen de los esquemas y generan contribuciones importantes.

Hasta aquí se ha abordado una reflexión sobre la interdisciplinariedad, que consideré importante para introducir al verdadero tema de este post, en donde quiero exponer un poco de mi trabajo en el que ha sido necesario en principio, tomar conciencia de la arquitectura como una disciplina que necesita alimentarse de otras formas de pensamiento, como por ejemplo del arte, que aunque se supone que ambas disciplinas están muy relacionadas, en la práctica y en ciertos escenarios académicos se percibe aún esa distancia entre ellas, por enfatizar en aspectos más técnicos que en los vivenciales.

Se toma conciencia de otras formas de pensamiento, como el de la nueva racionalidad, el pensamiento emergente, la complejidad espacial (que es una noción que está fuera de la forma de concebir el espacio de Descartes), que fueron nociones que permitieron transformar la manera de percibir la arquitectura y que hicieron posible realizar un trabajo que en principio parecía imposible, raro, extraño, complicado, que no tenía cabida en la disciplina. Pero poco a poco se fueron aclarando algunas inquietudes y se revelaron otras que eran nuevas, fortaleciendo la convicción de que sí es necesaria una arquitectura pensada desde y para el cuerpo, dejando sembrada una inquietud por el tipo de procedimientos que permitan proyectar una arquitectura corporal.

El camino no fue fácil. Al usar otras herramientas que pertenecen al mundo del arte (como el dibujo cinético, la instalación y el performance) era de esperarse que mis profesores cuestionaran si yo debía graduarme como arquitecta o más bien debía optar por ser artista. Pero allí hay un problema, siempre que hay alguien que se sale de los parámetros de su disciplina es considerado loco o desubicado. De mis compañeros podía esperar lo mismo, la sensación de ser llevar a cabo un trabajo que era difícil de explicar complicaba aún más las cosas, porque en realidad estaba sola.

El proceso resultó siendo satisfactorio, surgieron bastantes aprendizajes que en gran medida me han impulsado a continuar reflexionando sobre ellos a través de los temas reseñados en este blog. En un principio comencé por investigar algunas problemáticas de la disciplina de la arquitectura relacionadas con la experiencia del espacio. Por qué no existe un procedimiento o una metodología que nos permita proyectar el espacio desde la experiencia? a pesar de existir metodologías centradas en el usuario me resultó difícil aplicarlas, por lo que me dispuse a experimentar para encontrar mi propia forma de trabajo basada en la vivencia del espacio desde la corporalidad.

Más adelante se define el tema central, que es el espacio arquitectónico, o mejor dicho, la relación entre el ser humano y el espacio arquitectónico. Aunque se trataba de una tesis teórica consideré importante realizar experimentaciones y poder proponer un objeto hipotético que sintetice tanto los aprendizajes como los procesos llevados a cabo. Me parecía importante poder registrar todo lo que hacía en dibujos, croquis, maquetas, videos porque así obtendría insumos útiles para producir reflexiones frente al espacio.

Pero hasta aquí no han conocido el nombre de mi trabajo. Se denomina "Laboratorio para la ideación del espacio arquitectónico desde la experimentación con el cuerpo". Este título se relaciona con el inicio de este post, donde actualmente existen laboratorios en los que no se indaga precisamente en temas científicos, ahora existen laboratorios de artes y de arquitectura que se centran en los procesos creativos que pueden ser analizados bajo parámetros distintos a los estrictamente racionales. Este tema del laboratorio causó gran fascinación en mí, por ser un espacio en el que se puede producir conocimiento, acoger los procesos creativos, tener secuencias de acciones y procesos que permiten obtener resultados, construir teoría que fortalezca el campo proyectual. Si leen este artículo escrito por Bruno Latour, entenderán porqué este tema capturó mi atención.  Es así como surge la combinación entre arte y ciencia, que es una característica esencial de la disciplina de la arquitectura y que abre otras posibilidades para idear y pensar.

Ahora que ya saben de qué se trata mi trabajo, quiero mencionar cómo me fui acercando al tema de lo corporal. Empecé por leer la mayor cantidad de autores que trataran el tema de la experiencia en arquitectura. De alguna manera, todos ellos enfatizaban en la importancia de los sentidos, de la manera en que percibimos y cómo la arquitectura provoca no solamente sensaciones sino también estados emocionales. Pero cuál es ese territorio en el cual experimentamos todas esas sensaciones? es nuestro cuerpo el lugar para sentir, pensar y percibir todo lo que nos rodea. Aunque esto es obvio, resulta que en el espacio académico y en nuestra vida diaria incluso nos olvidamos de la importancia de nuestro cuerpo.

Al continuar indagando en lo corporal, se descubre que éste es una herramienta tanto para la reflexión teórica como para el proceso de ideación. Esto se considera un hecho importante porque impulsa a transformar los procesos proyectuales, los cuales usualmente están fundamentados en procesos mentales - racionales pero muy poco en el trabajo corporal, que ayudaría a dar forma, a considerar las dimensiones y proporciones del cuerpo y a pensar que la arquitectura provoca una experiencia. Un referente importante para esta etapa de considerar incluir el trabajo corporal como parte del proceso de diseño o proyectación fue la obra de la artista Heather Hansen, coreógrafa que se ha dedicado a generar trazos con el movimiento de su cuerpo que se convierte en una experiencia personal frente al espacio siendo el papel el material en el que queda impresa su propia búsqueda. Este referente me hizo pensar que la danza y la arquitectura comparten la orientación en el espacio, los ejes la vertical, la horizontal, las direcciones, entre otras. Si quieren conocer más elementos en común entre la danza y la arquitectura, este trabajo súper completo de la arquitecta Ma Angela Gálvez Pérez les puede ampliar el tema.


Imagen tomada de: http://www.mymodernmet.com/profiles/blogs/heather-hansen-the-value-of-a-line

Es así como esta artista me inspiró a iniciar mi propia experimentación, proceso que sucedió hace un poco más de un año y que quiero relatar para transmitir la idea del valor que tiene y del tipo de aprendizajes que pueden surgir de los procesos corporales. Desde un principio existió el obstáculo de no ser una persona entrenada para la danza, pero poco a poco se superó ese obstáculo al descubrir mi propia manera de moverme y aceptarla tal cual es. Debido a que yo sólo he tenido una aproximación al movimiento corporal decidí encontrar mi propia forma de desenvolverme y expresarme. A través de mi  propia indagación descubrí una manera fluida sin tener que forzar a mi cuerpo a movimientos difíciles de ejecutar, pero logrando activar un flujo de energía que me motivaba a continuar indagando, experimentando y moviéndome para descubrir una nueva noción de espacio.

Imagen que representa el cuerpo del arte y el cuerpo visto por la arquitectura.

Después de haber tenido un acercamiento a una sensibilización y reconocimiento de mi propio cuerpo quise indagar en cómo capturar ese movimiento si es que tomamos al cuerpo como punto de partida para dar forma al espacio. En el transcurso del tiempo esta inquietud fue transformándose. Más importante que la captura y registro de algo tan pasajero y efímero como es el movimiento, resultó la reflexión frente al espacio que se estaba produciendo de manera inconsciente pero que fue tomando forma a través de sucesivas pruebas, donde se experimentaron distintas sensaciones relacionadas con el sentido kinestésico, éste sentido en especial resultó vital para el proceso. El enfatizar en el sentido kinestésico permitió direccionar las búsquedas en las sensaciones espaciales producto del movimiento, como pueden ser la desorientación, la sensación de un espacio propio, el dinamismo, entre otras.


Planificación del ejercicio experimental por: María Alejandra Cardozo

Si el espacio pudiera tomar forma a partir del cuerpo estaríamos llamados a movernos más y a descubrir en el movimiento la experiencia de sensaciones espaciales siendo que a través de los giros y pausas surge el entendimiento de que podemos recorrer y vivenciar el espacio de otras maneras, con un anhelo y propósito de producir espacialidades adaptadas al cuerpo y dejar de insistir en forzar al cuerpo a adaptarse a una forma con la cual no existe interacción ni relación alguna. Es por esto que me pareció fundamental llevar a cabo una exploración sobre lo que para mí significa la generación de un espacio propio, como un inicio para luego proyectar espacialidades en las que otras personas puedan permanecer, estar y tener esa sensación de apropiación. Fue importante generar una estrategia propia para que el movimiento efectivamente diera forma al espacio. Se comienza por indagar en el plano base horizontal, el que nos sostiene, luego en la vertical y más adelante en la profundidad. Se piensa que el espacio es más que la suma de dimensiones, que es el concepto de complejidad espacial. Se buscan también maneras de concretar en materia este tipo de concepción espacial.

Esta imagen representa el espacio orgánico y el espacio geometrizado fusionados, 
en el intento por expresar que ambas concepciones son complementarias
para dar forma a un objeto arquitectónico.

Esta imagen representa el proceso de dibujo que permite explorar
la relación entre el espacio que se crea y la manera que se 
vivencia corporalmente.

A través de indagaciones es posible lograr una comprensión frente al espacio y al tiempo hacer una aportación frente a esta noción que en arquitectura aún está en construcción. Plantear un proceso experimental permite abordar el espacio desde lo sensorial. Lo tecnológico se ha vuelto un campo paradigmático y son valiosas las búsquedas interdisciplinarias, tal vez lo que se humaniza no es la tecnología sino las formas de pensar y de aproximarse a las cosas. Aunque el campo tecnológico genera grandes aportes para la forma de trabajo en arquitectura, el uso en exceso de estas herramientas deviene en un proceso deshumanizado, que no considera la experiencia del espacio y que se distancia tanto del propio cuerpo como de la dimensión corporal que debería tener la arquitectura.

Es por esto que hay que defender las aproximaciones corporales y sensoriales como forma de valorizar el espacio, como una realidad física valorando también los procesos de pensamiento corporal que no pueden ser reemplazados pero sí complementados con procesos tecnológicos. Cuestionar el uso de la tecnología nos permite invocar esa sabiduría que nos haga preguntarnos realmente en qué parte del proceso es realmente necesario involucrar la tecnología.


Dibujo cinético realizado por: María Alejandra Cardozo


El resumen de todo este proceso se realiza a través de un video, la investigación termina realizando el documento final para acceder al título de arquitecta, que espero poder publicar en un futuro, ya sea en forma de libro o artículo. El aprendizaje que considero más valioso es que es posible investigar en arquitectura combinando un pensamiento racional y uno corporal. Aunque exista mucha literatura con respecto a la noción del espacio arquitectónico, a través de la experimentación es posible descubrir y construir una propia noción de espacio que logre definir un rumbo sobre el tipo de arquitectura que se desea realizar. La investigación se alimentó de una serie de procesos previos, cercanos a la danza y la instalación que me permitieron en la tesis hacer uso de estas herramientas. Una mayor interdisciplinariedad puede ocurrir entre la arquitectura y la filosofía o la antropología o biotecnología, en fin las posibilidades pueden ser infinitas.

Para conocer más sobre esta experiencia los invito a revisar este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=MUHnKWnhOY4

Ahora quiero relatar lo que pude descubrir a partir de mi propia indagación...

               Mi cuerpo comienza a deslizarse recorriendo las huellas pintadas, situándome y           permaneciendo en ellas, como si de escalar un plano se tratara, el dibujo induce a mi cuerpo a un esfuerzo que gradualmente se incrementa, haciendo que me estire o me retraiga, conduciéndome a sentir el calor en cada uno de mis músculos.

                Y luego accedo a un estadío más pausado, los trazos se vuelven fluidos y como si recorriera un laberinto camino con la sensación de ser conducida por líneas estrechas y en un giro el espacio se amplifica, una inestabilidad me hace buscar un punto de pausa, y ante la incertidumbre unas huellas y trazos me guían. Pongo una mano en una huella y siento que lo que me rodea gira a mi alrededor. Las líneas al ser recorridas toman vida y me hablan mediante sus ritmos, sus intermitencias y continuidades. 

Todo esto que he escrito lo relato de esta manera porque gracias a que me atreví a tener un contacto directo con el espacio he podido comprobar el tipo de sensaciones que pueden experimentarse a través del movimiento, resultando en un descubrimiento que sólo a través de la experimentación desde el cuerpo hubiera podido suceder, es decir es algo sobre lo cual puede escribirse, pero no se alcanza a dar la idea de lo que se siente, solo puedo motivar ya sea a arquitectos o estudiantes a realizar un trabajo corporal que en principio les permita reconocer su propio cuerpo, comprenderlo y encontrar estrategias para dar forma al espacio que resulte siendo un hábitat también para las sensaciones y emociones.

Estas obras reseñadas y la comparación con mi propia experiencia me lleva a reflexionar que el espacio puede ser pensado desde el aspecto corporal, elemento que debería ser fundamental para la arquitectura. Es posible que ante esa avasalladora tendencia a dominarlo todo mediante la tecnología, surja una concepción frente al espacio que regrese al acercamiento directo a las realidades que se pretende conocer y no solamente el entendimiento desde la teoría. Valorar la experimentación como forma de producir conocimiento es una convicción que fui adquiriendo y que se refuerza en el trabajo del día a día.

Por último quiero agradecer a las personas que dedican un poco de su tiempo a leer estas palabras, los invito a escribirme a mi e-mail: arquitecta_cardozo@hotmail.com, pueden encontrarme en twitter e instagram como @daikaiisha, si les gusta más facebook, también me encuentran como María Alejandra Cardozo. Pronto más post en este blog sobre pensamiento corporal, y arquitectura vista desde la experiencia.

Espacios donde habite la alegría y la creatividad exige que tanto usuarios como arquitectos transformen su manera de pensar...

Este blog fue creado con el fin de recopilar algunas reflexiones e ideas con respecto a la manera en que el ser humano podría habitar el espacio arquitectónico. Dicha reflexión surge porque, se considera que actualmente la manera de habitar el espacio se ha llevado la alegría de explorar, de curiosear, de recorrer sin sentido alguno, sólo por el disfrute de descubrir algo nuevo. Este blog se constituye en una iniciativa para exponer ideas que se encuentran al margen de la disciplina de la arquitectura, pero que es importante dar valor y retomar, abandonando formas convencionales de pensamiento para acercarse a otras maneras de habitar más libres.

Esta otra forma de habitar sucede cuando se aprende a escuchar el propio cuerpo, las necesidades que éste tiene y las aspiraciones, con el fin de interpretar esta información para convertirla en materia construida. No es una tarea fácil porque no es un proceso que usualmente se lleve a cabo para hacer arquitectura. Sin embargo existe esa ventana de la posibilidad que permite pensar que sí hay maneras de crear espacio a partir de las medidas y formas de moverse del cuerpo. Se comprende que los lugares usualmente no nos permiten muchas posibilidades de movimiento ni de exploración, giran en torno a una función establecida que no cambia con el tiempo y poco se adaptan a las necesidades diversas de las personas. Es así como surge el interés por configurar espacialidades dinámicas, pensadas en la vivencia y en la experiencia.

Teniendo una perspectiva de la generación del espacio que parta de lo sensible, es necesario aprender a repensar la manera actual en que el espacio toma forma y las bases conceptuales sobre las que se soportan las intervenciones y propuestas. Estamos ante una crisis en la manera en que se piensan las cosas lo cual es una oportunidad para acoger otras visiones, aquellas voces que quedaron enterradas en la historia hoy pueden adquirir una nueva vida, lo nuevo, lo emergente nos llama a adquirir otras formas de pensamiento que permitan combinar lo intuitivo, lo sensible, lo emocional; estamos ante el asomo de las posibilidades de una nueva racionalidad (término que se refiere a integrar el pensamiento creativo, sensible e intuitivo con formas racionales de pensamiento, ambas formas se complementan y se potencian). Esta forma de pensamiento requiere desaprender todo aquello que se consideraba cierto para abrazar la incertidumbre y desde ahí comenzar a buscar, a elaborar preguntas a tantear respuestas... a experimentar para empezar a construir, para explorar las infinitas posibilidades.

"Nunca descubrí nada con mi mente racional". Albert Einstein

Y la arquitectura no está lejana de estos paradigmas transgresores del conocimiento establecido y fundamentado. Adquiere importancia la toma de conciencia por la forma en que se conoce y se aprende, teniendo en cuenta que existen formas singulares de percibir que inciden en la puesta en escena de las capacidades creativas. Pensar es un acto sistémico que involucra las sensaciones. Escuchar nuestro ser corporal requiere reconocer que también pensamos con el cuerpo. Actuar en consecuencia afirmando y revalorizando la capacidad que tenemos de emocionarnos con la buena arquitectura que es capaz de transformarnos, de hacernos sentir mejor, incluso de hacernos felices. Hay otras lógicas con las cuales direccionar una propuesta arquitectónica, y considero que esas lógicas son las corporales, que por largo tiempo han sido silenciadas. Si se comienza a construir desde la corporalidad; otros mundos se construyen, otro tipo de experiencias se vivencian y otras imágenes mentales se dibujan a partir de las sensaciones.

"La arquitectura se trata de la emoción" Como lo afirma Steven Holl  "la arquitectura necesita ser inspirada por las artes" estas afirmaciones las pueden encontrar en la siguiente entrevista que es un ejemplo de la arquitectura que se fusiona con artes como la danza, y desde ahí surge una propuesta que se concreta en proyectos que permiten la vivencia de la arquitectura como un acto poético.



evidenciando la capacidad para lo multidisciplinario, para pensar el espacio desde la danza, la música, el performance que permiten encontrar otros procesos para concebir espacialidades desde el cuerpo, para la vivencia desde lo corporal dando importancia a otras formas de expresión de las ideas que pueden desembocar a futuro en nuevas reformulaciones espaciales, pero que por el momento se trata de procesos de pensamiento desde lo sensible, pero que impulsan a un cambio en la manera de proyectar la arquitectura, que considere la dimensión corporal.


Imagen tomada de: Metalocus

La forma en que se piensa requiere retomar aspectos humanos y sensibles que durante mucho tiempo se han dejado atrás tanto en la práctica de la profesión de la arquitectura como en la academia. Los anhelos pueden convertirse en realidad no siendo el desarrollo tecnológico la única vía que haga posible lo que antes era impensado. Es necesario que surja una verdadera conexión con la esencia humana que desde épocas primitivas impulsaba a las tribus a danzar, a hacer rituales de pagamento, a hacer ceremonias alrededor del fuego, a trepar los árboles y descubrir horizontes escalando montañas, a dormir cobijados por las cuevas rocosas, a contar historias bajo las estrellas. Es lo que necesitamos actualmente, conectarnos con el ser natural y creativo; con la propia esencia y es posible que sea la corporalidad una clave para lograrlo.

Según Seymour Papert, deberíamos ser nosotros quienes programemos al computador y no el computador quien nos programe a nosotros. Existe una sobredependencia hacia los mundos digitales que necesita ser compensada con un acercamiento a la comprensión y valorización de la espacialidad como necesidad real de conectarse con la dimensión física, como estrategia para el desarrollo del ser humano integral. Si bien la tecnología ha permitido increíbles avances, no es el único camino por recorrer en nuestro desafío por construir historia. Sean bienvenidas todas las expresiones que nos reconectan con la esencia humana y sea bienvenido el uso inteligente de la tecnología, entendiendo que la inteligencia se alimenta y requiere de las emociones para que exista.



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